lunes, 9 de marzo de 2009

EL JUBILADO IRACUNDO

En las navidades de 2007, tuve la ocasión de leer un articulo de Javier Marías publicado en EL PAIS titulado “el jubilado iracundo”. El titulo me impactó y el desarrollo de su contenido despertó mi interés. Decía Javier Marías, entre otras cosas … que los informes sobre la enseñanza “ponían una vez más de manifiesto que España es un país ignorante y además casi ufano de serlo... lo más grave es que los muchachos españoles cada vez tienen menos comprensión de lo que leen, y que muchos “se pierden” al cabo de sólo tres líneas”...Señala que el 44,5% de los conciudadanos no lee, jamás o casi nunca, un libro y que somos entre los europeos lo menos interesados en la política...Por contra somos los que más nos manifestamos por la “cosa de la política”

Pinta, Javier Marías, un panorama desolador para los españoles, sobre todo si añadimos ... que cada vez es mayor el número de jubilados, prejubilados y personas ociosas en general”... En definitiva viene a decir de los jubilados, “que no sabe si alguien nadie se a dado cuenta de la explosiva combinación: masas de sujetos semianalfabetos, inactivos pero con energías y salud, nada interesados en política pero dispuestos a manifestarse por cualquier cosa –un cabreo o un bocadillo–, que no leen apenas y además no comprenden, con un montón de años por delante para estarse mano sobre mano, ver programas de cotilleos y vergas o, como alternativa casi única, salir a la calle a armar bulla.

Los jubilados somos un problema y constituimos una amenaza, no sabemos que hacer, aunque...“hay jubilados que aprovechan su tiempo libre, llenos de intereses y curiosidad”.

Y así, de un tiempo a esta parte, con manifestación o sin ella, abundan en nuestras calles previejos y previejas furiosos, malhumorados, descorteses, coléricos, que bufan por cualquier nimiedad y que en ocasiones van armados de bastones, o de perros que están dispuestos a lanzarle a cualquiera que les lleve la contraria o les caiga mal. Tómenselo a broma, pero, por si no hubiera ya bastante con las mafias, los neonazis, los antisistema borroka, las bandas latinas, los atracadores y demás, nos han creado otra figura, la del jubilado iracundo, que también invita a cruzarse de acera cuando se topa uno con ella”.

Tras la primera lectura, invadido por la ira, lleno de furia y preso de excitación, fui en busca de armas: bastón no uso, perro no tengo, mi fiel amigo Betito, mi gato, anda ausente entregado a sus amoríos, es la época, ¿Que hacer? ¡Primero, sin duda, reflexionar! Y estando en ello, apareció ante mi la imagen de aquel jubilado atacando airadamente al ministro Bono...¡Eureka!... En aquel, presunto jubilado, presunto militante del PP, presunto energúmeno, acusado injustamente por la policía, basa Javier Marías su articulo, el jubilado iracundo... y es aquí, descubierta mi ira...cuando, mismamente, sujeto semianalfabeto, surge el interrogante ¿Y si tuviera razón Javier Marías?

Si tiene razón; no cabe duda de que andar indignado y encolerizado es una de las cosas que más llenan y distraen, y de fácil renovación”. Si uno pone la Cope de buena mañana, se deja inocular el odio, el encabronamiento y la mala follá que brotan invariablemente de esa emisora episcopal, y se enciende a base de bien, bueno, es innegable que quien no tiene nada que hacer se siente vivo y casi útil”... Habría que encontrar otros medios para desfogarse y amordazar las lenguas incendiarias … ¿pero como? ¿que propone?

Después de haber reflexionado, personalmente creo que en lo racional de sus argumentos; le sobra razón y lo que falta es apuntar soluciones...

xardonmanrofer

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